jueves, 27 de junio de 2013
EL CABALLERO CARMELO
ABRHAM VALDELOMAR
El Caballero Carmelo se inicia con la llegada de Roberto, el hermano mayor que se ausentó hace tiempo de casa. Roberto regresó a casa cabalgando un hermoso caballo y llevando regalos para sus seres queridos.
Su madre lo recibió cariñosamente, besándole con amor y le dijo que estaba muy flaco. Roberto se paseó por toda la casa, revisándola. Después entregó uno a uno de la familia un regalo; pero el regalo que más impactó fue el que dio a su querido padre: era un gallardo gallo.
Le pusieron el nombre de Caballero Carmelo. Después de un corto tiempo, Anfiloquio se quejó diciendo que desde que llegó el Caballero Carmelo todos miran mal al gallo Pelado.
Durante tres años, el Caballero Carmelo salió victorioso de muchas peleas de gallos. El Caballero Carmelo era el orgullo de la familia y su héroe, pero el tiempo pasó y el gallo perdió su brillo y juventud.
Durante tres años, el Caballero Carmelo salió victorioso de muchas peleas de gallos. El Caballero Carmelo era el orgullo de la familia y su héroe, pero el tiempo pasó y el gallo perdió su brillo y juventud.
El dueño del Caballero Carmelo había pactado una pelea con otro gallo el Ajiseco, que era joven y lleno de vida. La familia que era dueña del gallo sintió mucha pena y preocupación porque su gallo estaba achacoso y no podía soportar una pelea con el Ajiseco.
La pelea se efectuará en el día de la patria. El día de la pelea entre el Caballero Carmelo y el Ajiseco, todos apostaban a favor del Ajiseco.
Después de una sangrienta pelea de gallos, el Caballero Carmelo logró enterrar en la arena el pico del Ajiseco; pero el achacoso gallo quedó mortalmente herido y murió después, dejando en la profunda tristeza a la familia de Abraham.
RESUMEN DE LA OBRA
"PACO YUNQUE"
- Cesar Vallejo -
Argumento de
Paco Yunque es un
niño provinciano, quien llega por
primera vez a la escuela en compañía de su madre, éste se siente sorprendido al ver
a su alrededor a tantos niños que juegan, ríen y saltan.
Paco Yunque nunca
había visto tantos niños juntos, por lo que estaba muy nervioso.
Ya en el aula se
produce una confusión porque Paco Fariña y Humberto Grieve pugnaban
por decidir con quién se sentaría Paco Yunque. Intervino el profesor mandando a sentarse a Yunque con Fariña.
Luego Paco y todos
sus compañeros son testigos de cómo el profesor comete una gran injusticia al
castigar al alumno Antonio Gesdres por haber llegado tarde y no castigar
también a Humberto Grieve quien había hecho lo mismo.
Pasado esto el
profesor los puso a trabajar, así que les dejo una tarea para que realizaran de
forma individual, todos trabajaban pero menos Humberto, quien en vez dibujaba
peces, muñecos y cuadritos.
Al llegar la hora del
recreo y después de salir todos del aula, Humberto roba la hoja de examen de
Paco Yunque. Cuando los niños ingresan, el profesor les pide los trabajos que
les había dejado, todos entregaron sus pruebas, menos el niño Paco Yunque por
que Humberto Grieve lo había sustraído y lo había hecho pasar como si fuese
suyo.
El profesor sancionó
a Paco Yunque por no cumplir con su tarea.
Cuando ingresó el
director al salón de clases preguntó al profesor si ya tenía al mejor alumno
del aula y el profesor dijo que si, que era Humberto Grieve, por ser el ganador
de la prueba y el director lo felicitó.
Mientras esto
sucedía, Paco Yunque con la cabeza agacha sólo atinaba a llorar por la gran
injusticia cometida, al mismo tiempo que su amigo Paco Fariña lo consolaba.
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viernes, 21 de junio de 2013
LA AGONÍA DE RASU- ÑITI
JOSE MARÍA ARGUEDAS
La agonía de Rasu Ñiti “es una escena de ballet, con la danza del bailarín de la altura (Dansak: bailarín): “Rasu Ñiti, que aplasta la nieve), con el cuadro mágico de los concurrentes a este baile final, donde el oficiante, el dansak “Rasu Ñiti”, está envuelto en las ricas vestimentas que lo particularizan: el tapavala adornado con hilos de oro; la montera; sobre cuyas inmensas faldas, entre cintas labradas; brillan espejos en formas de estrellas; sombrero; del cual caía una rama de cintas de varios colores; pantalones de terciopelo y zapatillas.
La música que acompaña al dansak “Rasu Ñiti” se siente en variadas tonalidades, y es interpretada por “Lurucha”, el arpista, y por don Pascual, el violinista. “Rasu Ñiti” estaba tendido en el suelo de su habitación, sobre una cama de pellejos. Por la única ventana, cerca del mojinete entraba la luz del sol que daba sobre un cuero de vaca que colgaba de unos de los maderos del techo y, la sombra producida, caía a un lado de la cama del bailarín.
A pesar del oscuro del ambiente, era posible distinguir las ollas, los sacos de papas, los copos de lana, y aun los cuyes cuando salían algo espantados de sus huecos u exploraban en el silencio. Cuando sintió que era ya el momento, se levantó y pudo llegar hasta la petaca de cuero que guardaba su traje de dansak y sus tijeras de acero. Se puso el guante en la mano derecha y empezó a tocar las tijeras.
La mujer del bailarín y sus dos hijas que desgranaban maíz en el corredor, corrieron a la puerta de la habitación cuando oyeran las tijeras que sonaban mas vivamente. Encontraron a “Rasu Ñiti” que se estaba poniendo la chaqueta ornada de espejos. El bailarín pidió a su mujer que llamaran al “Lurucha” y a don Pascual, porque ya el corazón le había avisado que había llegado el momento en que el tenÍa que recibir al Wamani (Dios montaña que se presenta en figura de cóndor).
“Rasu Ñiti” sentía que el Wamani le estaba hablando directamente al pecho; pero su mujer no podía oírlo. La mujer se inclinó ante el dansak y le abrazó los pies. Estaba ya vestido con todas sus insignias, un pañuelo blanco le cubría parte de la frente.
La seda azul de su chaqueta, los espejos, la tela roja de los pantalones ardía bajo el angosto rayo del sol que fulguraba en la sombra del tugurio que era la casa del indio Huancayre, el gran dansak “Rasu Ñiti”, cuya presencia se esperaba, casi se temía y era luz de la fiestas de centenares de pueblos.
Cuando el bailarín interrogó a su mujer sobre si veía al Wamani sobre su cabeza, esta le contestó que sí, que era de color gris y que la mancha blanca de su espalda estaba ardiendo.
El tumulto de la gente que venía a la casa del bailarín se oía ya muy cerca. Cuando las hijas del danzarín, que habían ido a llamar al Lurucha” y a don Pascual, regresaron, Pedro Huancayre el gran dansak “Rasu Ñiti” , ya tenía el pañuelo rojo en la mano izquierda. Su rostro enmarcado por el pañuelo blanco, casi salido del cuerpo, resaltaba por que todo el traje de color y luces y la gran montera lo rodeaban , se diluían para alumbrarlo,; su rostro cetrino casi no tenía expresión.
Solo sus ojos aparecían hundidos como en un mundo, entre los colores del traje y la rigidez de los músculos. “Rasu Ñiti” empezó a tocar las tijeras. Cuando llegó Lurucha, el arpista del dansak, tocando, ya la fina luz del acero era profunda; le seguía don Pascual, el violinista. El Lurucha, que comandaba siempre el dúo, hacia estallar con su uña de acero las cuerdas de alambre y las de tripa.
Tras de los músicos marchaba un joven: “Atok Sayku”, el discípulo de “Rasu Ñiti”. También se había vestido; pero no tocaba las tijeras. “Rasu Ñiti” vivía en un caserío no más de veinte familias. Los pueblos grandes estaban a pocas leguas. Tras de los músicos venía un pequeño grupo de gente. Cuando “Rasu Ñiti” sintió que ya el final se acercaba, pidió al arpista que tocara.
RESUMEN:
Él pongo un hombrecito de baja estatura, de mano muy pequeña, sus ropas viejas, y de carácter débil. Él se presentó en el patio de la casa-hacienda, donde el patrón le dijo por lo menos sabrás lavar, para algo te servirán estas manos. El patrón ordenó al capataz de la hacienda, diciendo llévate esta inmundicia de aquí. Así fue como el pongo entraría en casa del patrón. El pongo casi nunca hablaba, Hablaba en cuanto se lo daba una orden, y decía, sí papacito, sí mamacita, y hacía muy bien las cosas que se le ordenaba. El patrón martirizaba al pongo cuando todos los sirvientes se reunían por las noches a rezar el ave maría. Le hacia poner en forma de perro, inclinado de cuatro patas, y le decía tu eres perro, ladra, el pongo ladraba imitando el ladrido de un perro. El patrón soltaba carcajadas al ver al pongo así. Él patrón ahora le decía corre, el pobre pongo corría de cuatro patas hasta el final del corredor de la casa-hacienda, y luego regresaba cansado y agitado. El patrón le decía ahora vizcacha, el pongo se ponía en forma de vizcacha, con las manos altas y las rodillas dobladas, como las vizcachas cuando están sobre una roca. Después de ser tratado mal, el patrón le decía vete pancita. Así era tratado el pongo, cada noche que se rezaba el ave maría. Hasta que una noche el pongo le dijo al patrón si me lo permite quisiera contarle mi sueño. El patrón le dio la orden de contar el sueño. Entonces el pongo dijo, soñé que habíamos muerto, y que al estar muertos estábamos desnudos ante el padre San Francisco. El padre examinó nuestros corazones y como éramos. En eso el padre San Francisco ordenó a que vinieran a acompañarle a usted el ángel más hermoso, a ese incomparable que lo acompañe otro ángel más pequeño y hermoso. y dijo también que el ángel pequeño traiga una copa lleno de miel. Al instante aparecieron los dos ángeles el pequeño con la copa llena de miel. y después el padre san francisco dijo venga el ángel menos importante y traiga en un tarro de gasolina con excremento humano ,en eso apareció un ángel viejo y estaba cansado, con las alas caídas. Dijo el padre san Francisco al ángel hermoso, que lo cubriera a usted patrón con la miel ,y así fue cubierto de miel ,se veía resplandeciente patroncito. Así tenía que ser, dijo en eso el patrón que escuchaba el sueño; Al ángel viejo, dijo cúbrelo a este despreciable con el excremento y así me cubrió con excremento patroncito. El padre San Francisco dijo todo cuanto los ángeles debían hacer ya está hecho. Ahora lámanse el uno al otro, por mucho tiempo. El viejo ángel rejuveneció en ese mismo instante. Sus alas se recuperaron, su fuerza.
Así termina está historia el sueño del pongo,con la reivindicación del pongo.
Así termina está historia el sueño del pongo,con la reivindicación del pongo.
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miércoles, 12 de junio de 2013
la enseñanza
LA LECTURA
La lectura es la gran proveedora de argumentos, la clave para que los demás te escuchen.
El universo es infinito porque nadie
sabe donde termina ni donde comienza
es hermoso de mi punto de vista
Un libro es un portal a un mundo de sabiduría el
cual debemos aprovechar a lo máximo
llenos de vida pero la mayoría no sabe aprovechar
pero los que aprovechan su sabiduría son los que
destacan en la vida .
sabe donde termina ni donde comienza
es hermoso de mi punto de vista
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por un peru grande
PERÚ
A los jóvenes que se interesan por aprender mas en la vida
los que tienen un futuro de los grandes en la
la que tenemos que dar de nuestra parte por un futuro mejor
para mejorar nuestra forma de vida en el perú demos todo
Machu picchun es una de las maravillas en todo
el mundo miles de turistas vienen a visitar es
lugar ancestral de la cultura inca
HIMNO NACIONAL DEL PERÚ
CORO
Somos libres, seámoslo siempre,
y antes niegue sus luces el sol,
que faltemos al voto solemne
que la patria al Eterno elevó.
ESTROFAS
Largo tiempo el peruano oprimido
la ominosa cadena arrastró;
condenado a cruel servidumbre
largo tiempo en silencio gimió.
Mas apenas el grito sagrado
!Libertad! en sus costas se oyó,
la indolencia de esclavo sacude,
la humillada cerviz levantó.
Ya el estruendo de broncas cadenas
que escuchamos tres siglos de horror,
de los libres al grito sagrado
que oyó atónito el mundo, cesó.
Por doquier San Martín inflamado,
libertad, libertad, pronunció,
y meciendo su base los Andes
la anunciaron, también, a una voz.
Con su influjo los pueblos despiertan
y cual rayo corrió la opinión;
desde el istmo a las tierras del fuego,
desde el fuego a la helada región.
Todos juran romper el enlace
que Natura a ambos mundos negó,
y quebrar ese cetro que España
reclinaba orgullosa en los dos.
Lima, cumple ese voto solemne,
y, severa, su enojo mostró.
al tirano impotente lanzando,
que intentaba alargar su opresión.
A su esfuerzo saltaron los grillos
y los surcos que en sí reparó,
le atizaron el odio y venganza
que heredara de su Inca y Señor.
Compatriotas, no más verla esclava
su humillada tres siglos gimió,
para siempre jurémosla libre
manteniendo su propio esplendor.
Nuestros brazos, hasta hoy desarmados
estén siempre cebando el cañón,
que algún día las playas de Iberia
sentirán de su estruendo el terror.
En su cima los Andes sostengan
la bandera o pendón bicolor,
que a los siglos anuncie el esfuerzo
que ser libres, por siempre nos dio.
A su sombra vivamos tranquilos,
y al nacer por sus cumbres el sol,
renovemos el gran juramento
que rendimos al Dios de Jacob.
DÍA DE LA PATRIA PERUANA
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